jueves, 29 de marzo de 2012

TRANSGRANCANARIA. EL DESENLACE

Cap. 4 TransCapacidad.

Mientras decido que hacer, el destino me envía varias señales a la vez. La primera un mensaje de Isabelenka que me llega al corazón. La siguiente, un cachondeo canario enorme a mi lado, con unos tipos vestidos de blanco a cual mas simpático. Son los guias del único participante invidente que se ha atrevido con los 123 km. Impresionante. Enseguida entablo vinculo de trail, es decir, que parece que nos conozcamos de toda la vida. Decido salir con ellos, seguiré hasta donde pueda.

Me he dado todas las cremas que he podido y de cada clase para pies, ingles y sobretodo, radio salil para las rodillas. Parece que todo funciona. El ritmo es lento al lado del grupo pero el animo es altísimo. El sol empieza a dar tregua y me muestra un ángulo increíble de la Isla: algunos picos importantes con el Roque Nuble en el centro y el Teide al fondo. Luego comentandolo con mis compis, nadie se fijó en este paisaje. Es la ventaja de ir despacio.



Alucino con la voluntad del invidente. Le van marcando los grandes desniveles pero es imposible evitar que golpee con la puntera todas las piedras sueltas del camino. Por eso le estaban vendando todo el pie antes de salir. Un ejemplo de coraje.


Me adelanto e intento apartar las piedras que están en medio del camino pero es tontería, Imposible apartarlas todas. El rato que estoy andando con el grupo parece que me ha sentado bien y puedo empezar a correr de nuevo. Así que me despido deseándoles la mayor de las suertes. Gran grupo unido que me llevo de recuerdo con la esencia de las ultras. Tercer momento para la eternidad.


Voy bastante bien, sin parar de correr, con una leve molestia en la rodilla en las bajadas pero sin problemas en las subidas, por lo que voy al revés del mundo. adelanto a la peña en las subidas y estos me pasan en las bajadas cuando me pongo a andar. El paisaje va cambiando y se vuelve gallego, con prados verdes de césped, caminos con piedras musgosas y hasta una antigua vía romana. Poco a poco va anocheciendo.


Cap 5. La segunda noche.
Una de las incógnitas era como le sentaría al cuerpo empezar unas segunda noche en vela después de todo un día y otra noche de juerga. Si en la maraton de asfalto existe el famoso muro, en las grandes ultras tipo Montblanc existe la depresión de la segunda noche. Pero en mi caso no se me presentó. Lo que se presentó de nuevo es el dolor de rodilla, muy agudo y extraño. Resultado, se acabó el correr.

En el control de Teror, km 98, ya veo que no voy a ser sub 24 h. He tardado unas tres horas en hacer los 17,5 km desde que decidí continuar en Garañón. Me quedan unos 25 km paseando. Y eso serán muchas horas. Decido convertir una situación negativa en aprovechable para entrenar el coco. Es curioso lo que llegas ha hablar contigo mismo en estas situaciones, dándote ánimos, reprochandote los comentarios negativos que no ayudan en nada, visualizando la gloria del día después y un montón de cosas mas que  ayudan a conocerte un poco mas.

Y claro, a ese ritmo de  paseo, los km no pasan, y si son los últimos, aun cuestan mas. En el km 114 en el control de Tenoya,  pueblecito que ha montado una pancarta para recibir a los runers, he tardado tres horitas mas para 16 km. Aquí me pilla una mezcla de fisio-curandero que entre eructos que eliminan el mal de rodilla, me toca en una serie de puntos que curiosamente me trasladan el dolor de la parte delantera a la trasera de la rodilla.

Por mucho que me hable a mi mismo, llega el momento de usar el comodín de la llamada y llamar a mi equipo. Isabelenka me hace de enlace con el resto. La llamo cada rato en que lo necesito. Me van explicando las zonas que me encontraré, que si una subidita de nada según Nefer, que si un pedregal interminablemente asqueroso de Kokolo, y las ultimas subidas que me cuenta Isabelenka. Los ocho km hasta meta me están costando casi dos horas a paso rapidito pero por fin veo Las Palmas desde la cima, toda iluminada. Otro momento especial, ya noto que he cruzado la isla. Llamo a Isabelenka. Me quedan tres km. Son casi la una de la madrugada. Me dice que el equipo esta durmiendo pero que insisten en despertarse y venir a recibirme.

Y así es. Cuando llego a la zona de meta el abrazo de Kokolo es lo primero que recibo, unos metros mas adelante, Nat-Wood parece que me dedique la canción Sucarra que por casualidad suena por megafonia mientras me anima a esprintar, Isabelenka y Nefer, la que tiene mas fuerzas,  me siguen corriendo en paralelo. Parece que ya no me duele nada. Solo pienso en los que he hecho, 123 km. increíble.








Una vez la foto de rigor en la meta, me llevan a Cruz Roja para ver si pueden hacer algo con la rodilla. El humor canario aparece de nuevo. El medico, todo serio, me dice que si no puedo andar "me tendrán que trasladar" a lo que digo que ni hablar, "no, te trasladaremos al bar para que no tengas que caminar".Ala ten un paracetamol y andando.

Y lo bueno de llegar tarde es que no hay cola para los masajes. Varios equipos de masajistas aguantan toda la noche para recuperar a los zombis de estas horas. Un detallazo, igual que la barra libre de cerveza de barril.
Y al día siguiente, todos con agujetas, aunque no dramáticas. La rodilla duele mucho, y tardará en curarse, pero la sensación de triunfo es equivalente a la de la primera ultra que hice.

Antes de irnos recibimos a dos de los hermanos Mikel  y Gorka Leal  que tíos mas simpáticos con los que compartimos la experiencia de la carrera, bueno, la comparte Kokolo, que ha sido capaz de verlos, pero oírlos es como vivirlo. Sería la ostia verlos de nuevo en Zegama, donde ya me han dicho que estarán.


Y ya por ultimo, el reconocimiento al equipo Sucarra. Nat-Wood recogiendo el trofeo del tercer puesto de su categoría en la marathon. Cada vez que alguno de nosotros sube al podio, subimos todos. Orgullo Sucarrón.


Y eso es todo. Gran ultra que me ha dado mucho y de la que he aprendido mas.

 Hoy he recibido un mensaje de la organización que me ha hecho gracia: los números de la carrera. 600kg de naranjas, 800 kg de plátanos, 500 kg de frutos secos, 120 kg de queso, 120 kg de embutidos, 8000
panes, 18000 litros de agua, 300 kg desales Overstims, 3000 barritas energéticas Overstims, 300 litros de café, 400 litros de caldo, 200 tabletas de chocolate, 900 tarrinas de pasta, 1200 kg de pasta, paella para 3000 personas, 4500 litros de refresco variado, 600 litros de cerveza, 600 luces destelleantes, 500 carteles de señalización, 14.000 metros de cinta de balizar. Y Millones de segundos de felicidad.

lunes, 26 de marzo de 2012

LLEGA LA PRIMAVERA A LA VALL DE BIANYA

Con el buen tiempo, he visto que algunas florecitas parecen despertar. No así los hierbajos, que son activos todo el año y que en primavera estan mas fuertes despues de superar el invierno. Estas dos patatas de temporada, el sabado se marcaron el farol de subir en btt desde la Vall de Bianya al Taga. Y el domingo cumplieron sus alcoholicas promesas.

No solo hemos subido, tambien hemos bajado por la himalaiada nort face.Unos 76 km en seis horas. 2000 m desnivel positivo.

Floretas, iros preparando que aquí el invierno ha sido duro!!!!!!

viernes, 23 de marzo de 2012

Transgrancanaria 2012 .1

Cap. 3. La jornada hasta Garañón.

La mañana es joven y sigo con buen ritmo, el terreno es agradable para correr. No machaca con grandes desniveles.

 En el cruce para desviar las dos carreras, (96 y 123 km hasta ahora hemos ido juntos), uno de los que van delante es recibido como un autentico ídolo. Caminamos un rato juntos y le pregunto si es famoso. "Yo no, mi padre" me dice. Enseguida me dice que va hacer otro "pizco" y se pone a trotar otro tramo. Me da que pensar. Una ultra se trata de eso, de miles de pizcos. Capacidad mental para animarte a hacer constantemente pequeños, medianos o largos tramos de esfuerzo. Y si puede ser, con alegría.


Todo bien, pero he de tomarme un gel. En el avituallamiento del km 42 he intentado comerme el primero de los dos bocatas de jamón que llevo para asentar el estomago. No funcionó. Solo pude con la mitad y no me ha asentado nada.  Así que he de forzar la solución de emergencia que guardaba para cuando la situación fuera mas desesperada, osea, para pasadas las 15 horas de carrera: un primperan en pastilla. Espero un rato y fuerzo el gel. Ha entrado y parece que no saldrá. Al rato vuelvo a tener fuerzas y coincide con una parte mas técnica, bajando hacia la zona de las presas. el sol empieza a picar. El paisaje espectacular.


La bajadita hasta la primera de las tres presas es para ir con cuidado, pero llevo mucha calma.
Y cuando cruzo la presa y enfilo hacia las casas me encuentro con Lizzy que ha abandonado. Está envuelta en una manta pero cuando la intento animar quitándole importancia al abandono, se levanta y comparte unos momentos muy especiales. Primero por la mirada. Es una campeona del mundo, pero te mira como una amiga. Me dice que hoy yo lo hago mejor que ella. Ha tenido problemas estomacales. Seguramente el agua del primer camión. Mucha gente se ha sentido mal. Incluso el ganador de la anterior edición también ha tenido que abandonar por vómito.
La paranoia hace que empiece a explicarle cosas en catalán!!!! y encima parece que me entiende. En fin. Una preciosidad de mujer.
La dejo con un poco de pena pero se me pasa en cuanto veo un bar justo en la esquina. Mi amigo canario, ahora ya de nombre Armando, me dice que empieza la cuesta de las cuestas. pasaremos de los 700 m a los 2000 en 24 km de interminable subida. Así que me pillo una cerveza y me  como el ultimo bocata de jamón, que esta vez entra bien. El canario me dice que si estuviera allí su padre me acompañaria en la fiesta cervecera.
Durante la primera subida, directamente pregunto por su padre, pues ya tengo curiosidad. Me dice está haciendo la de 96 km porque el medico no le ha dejado hacer la de 123 km. Se trata de Antonio Garcia "Tolo" autentico diesel canario de 63 años que va a por su tercer UTMB. Pizco a pizco llegamos al km 63, la presa de las Niñas. En teoría solo era liquido, pero con el calor que hace han colocado unas bandejas con fruta en un lecho de hielo. Impresionante. Y además, cuando te llenan el bidón, le ponen hielo picado.

Salgo con las pilas puestas y dejo a Armando en las primeras rampas. Me ha dicho que ahora bien el tramo mas duro. Recordado los tiempos de la btt, le meto caña para acabar cuanto antes con la subidita. Adelanto a un montón de gente. A casi todos los he visto mucho rato antes cuando me han adelantado en bajadas o llanos. Pero esto no es la btt. La subida no se acaba nunca pues la velocidad no es la misma. Además el calor aprieta cada vez mas. Las vistas ya son de altura. De repente me fijo en el horizonte y veo el mar, Tenerife y el Teide. Espectacular.


Las horas de subida a ritmo fuerte mas el calor empiezan a dejarme pajarito y mi ritmo es de pena. La cara tampoco es la misma que cuando compartía trocitos de naranja helada con Armando.

Llegando al siguiente avituallamiento me quedo sin agua. Ya empezamos. Pero creo que no será grave. Solo quedan dos km como mucho. Está en la base de estas montañas.

Km. 70 aprox. Han colocado este avituallamiento liquido que no estaba previsto para evitar males mayores. En teoría del 63 al 82 no había nada. Si no llegan a colocar este oasis no se que habría pasado pues yo ya no tenia agua. Y llevo una capacidad de 2.2 litros de agua.
Quedan 9 km de subida pasando por el punto místico de la carrera. El Roque Nublo. Una Piedra de mas de 40 m que se ve desde toda la isla y que llevo viéndola desde infinidad de ángulos durante todo el día. Por fin llego a la base donde los antiguos aborígenes hacían sus rituales. 14 horas 15 minutos de carrera.
Pero no está todo hecho. Ahora toca ir al pico de las Nieves. Otra subidita que en una hora me hace ver al Roque Nublo desde otro ángulo.
Otra cosa curiosa, en algunos tramos encuentras carteles avisando de que a unos metros te hacen la foto. Así que te da tiempo a peinarte, coger carrerilla para que parezca que estas corriendo toda la carrera, etc...
Los km pasan muy lentos porque tienen mucho desnivel. Solo pienso en que cuando llegue al km 80 dejare de subir y luego serán 43 km de plácida bajada. Pero el Pico de las Nieves, coronado con una instalación militar, 2000 m y punto mas alto de Gran Canaria, está en la quinta leche.


La cara ya empieza a ser la de las ultras con dificultades. Y tengo que empezar a llamar a mis compañeras de equipo para ver como les ha ido y para hablar con alguien pues llevo muchas horas solo.

En la cima del pico de las Nieves, hay mucha gente animando a los que llegan. Corono con 16 horas justas. Aunque he subido un poco lento, creo que voy bien de tiempo. 80 km y casi todo el desnivel positivo en el saco. Por fin podré empezar a correr. Solo son 42 km de bajadita hasta Las Palmas, parece que el reto está conseguido!!!!!

Pero al empezar a bajar hacia el control de Garañón, con una pendiente bastante pronunciada pero apenas técnica, la rodilla derecha empieza a chillar. Debe ser el cambio de musculatura, bajo unos metros poco a poco esperando a que pase y no pasa. Intento correr de nuevo y el dolor crece hasta el punto de tener que parar a estirar. Empiezo a desesperarme. Mas vale que llegue andando a Garañon y espero que se me pase en el trayecto. Son apenas dos km pero tardo 27 minutos en hacerlos. Y eso que es bajada. Es imposible que con este ritmo llegue a Las Palmas. Y lo que es peor, podría hacerlo pero ¿a que precio? Pienso en Zegama, en la UTMB, oportunidades únicas que puedo echar a perder si fuerzo la rodilla durante los 42 km que quedan.

Tumbado en la tienda del ejercito, con un plato de pasta que encima no me entra, tengo que decidir si continuar o dejarlo para salvar la rodilla.

Continuará.

domingo, 18 de marzo de 2012

TRANSGRANCANARIA 2012



Cap.1 La llegada.

La aventura comienza cuando Vueling nos cambia la hora del vuelo, pasando de las 10 de la mañana a las 22 h. Todo el día perdido, el breafing y la cena de corredor. Paquito, nuestro encargado de logística, nos recibe a Kokolo y a mi en Las Palmas a la una de la mañana y nos lleva hasta el pisito cuartel general Sucarra. Entre una cosa y otra, nos acostamos a las tres hora peninsular.

El viernes nos dedicamos a las compras, visitas de trabajo y a quedar con mi padre que vive en la isla de al lado.  Me he levantado tarde, a las 11 peninsular. Esto de las horas es un lio, así que hablaré siempre en la hora de aquí. La salida es hoy mismo a la una de la madrugada. por tanto, cuando empiece a correr llevaré despierto 12  horas, con 24 horas mas por delante, mas o menos.

Vamos a buscar los dorsales a la feria del corredor. Cogeremos el material de todo el equipo. Nat-Wood llega a mediodía. Isabelenka y Nefer a las 19 h. Mañana harán la de 42 km.

Dejo material en un petate para el km 80. Básicamente pilas de recambio, geles, bolsitas de sales, pantalón corto, camiseta de recambio, calcetines, tubo de vaselina, otro de crema para los pies. De todo lo que de dejé, solo usé los calcetines y las pilas. Todos los avituallamientos desde el km 80 hasta el final es un festival de geles, isotónicos, barritas, etc.. pero ojo, solo en el km 80, 98 y 114. Antes, solo en el 42 encuentras comida. Bueno, con alguna excepción que ya contaré.



Llega Natalia y a media tarde vamos a buscar al resto de féminas sucarras. Koko se queda durmiendo haciendo buena su fama de durmilegas. Dice la leyenda que solo le hace falta una botella de agua a modo de cojín para dormir en cualquier lugar. Yo no tengo sueño. cada vez estoy mas nervioso. Sin darme cuenta ya estoy preparando todo el material.

Cap. 2 La primera noche.

Como siempre, se me hecha la hora encima y salgo con las polainas (imprescindibles) sin abrochar, el gps colgando, el mp3 sin colocar y una cara de susto digna de un torero que debuta.



Salimos todos dirección al auditorio donde una manada de buses nos llevará hasta la parte sur de la isla. Playa del Inglés. Los 10 minutos a pie se hacen largos.


 Tengo mucho respeto a los 123 km que me esperan pues ya hace muchos meses que acabé la temporada de ultras. Y para debutar con la mayor distancia que he corrido jamas no es la mejor época del año. La  despedida se me hace dura.



En el bus, kokolo se vuelve a dormir. Yo cojo un estado de semi-relax y el viaje se hace corto. Llegamos a  Maspalomas y la Playa del Ingles. La gente está resguardada en los túneles de bares y restaurantes a pie de playa. Hay viento y Kokolo tiene frío. La gente se envuelve los pies en plásticos y cinta americana. Yo lo encuentro exagerado. Nos sentamos en un escalón mientras un pollo se enrolla hasta las rodillas con bolsas de basura industrial. Una meadita en la playa y para la salida. Hay actuación en directo y un ambiente especial. Pero yo casi no estoy. Normalmente me tomo las salidas con mucha alegría y energía positiva para darme ánimo pero hoy estoy muy asustado.



Suena la música, unos gritos y la salida. Hay mucha gente pues las dos carreras de 98 y 123 km salimos a la mismo hora. Kokolo me dura dos metros y desaparece. Ya no lo volveré a ver hasta la noche siguiente.


 Los nervios desaparecen y correr por la playa no es tan duro como pensaba. Son 5 km, pero al ir cerca del mar la arena esta muy compactada. Enseguida noto los pies llenos de arena. Es tan fina que se cuela por la rejilla de la puntera. La polaina sirve de poco. Pero tampoco es para plastificarse el pie. La oscuridad es total. La luna se refleja en el agua y todos corremos en silencio. Es curioso. generalmente los primeros km siempre hay jolgorio. Hoy no. No se si es porque el 60% de los participantes, unos 300 para la tras y 400 para la sur-norte, son guiris. Creo que todos van un poco como yo, concentrados. La combinacion de correr de madrugada por la playa tocando el mar, el silencio y la luz de la luna forman el primer momento para la eternidad de esta carrera.

Salimos de la playa y después de unas calles con mucho publico animando, nos metemos en una especie de cauce seco cementado con piedra muy incomodo de correr. Este tramo también tiene mucho publico, tanto a los lados haciendo pasillo como en los puentes.



En el  km 9 dejamos la zona habitada de Maspalomas. Entramos poco a poco en la montaña muy progresivamente. Pista muy corredora que va ganado altura y con un espectáculo fantástico con las lineas de corredores iluminado todo el recorrido. Al no haber arboles, se marca claramente delante y detrás kms y kms de luces. Segundo momento para la eternidad.


Sobre el km 15, en la primera rampa un poco importante, paro por primera vez de correr. Hay gente que ya hace rato que ha empezado a caminar.  Yo voy bien pero correr tanto rato sin parar en una ultra no es mi estilo. Dura poco el tema pues enseguida inicio otro tramo largo y poco paro hasta el primer avituallamiento, km 30.Ayagaures. 300 m altitud.  Una pequeña presa con cuatro casas en medio de la nada. Solo he tardado 3 horas 21 minutos. Aquí solo hay agua en una cisterna del ejercito. Lleno el bidón con sales, estiro un poquito y salgo para la primera subidita importante, llegar a 1.200 m en unos 10 km.

La pista deja paso a un sendero estrecho. Sigue la temperatura agradable, aunque según que tramos, el viento refresca bastante. Las horas van haciendo daño y aparece el sueño. La misma sensación que en la Emmona. Unas ganas terribles de abandonarme en cualquier rincón y dormir. Los ojos se cierran hasta el punto de que en los tramos de pista anchos, cierro los ojos y duermo-ando. Aquí empiezo a perder tiempo hasta que empieza la bajada hasta el 2o avituallamiento: Tunte. Km. 42. Mas de 3 horas para 12 km. Kokolo ya me sacaba una hora y media.

Pero aun así. Pienso en positivo. La primera de las tres maratones ya está hecha en seis horas y media. Empieza a salir el sol y como en la Emmnona, los biorritmos se despiertan y vuelvo a estar lleno de fuerza. En contra, que empiezo con los vídeos y las fotos. No lo puedo evitar. La primera luz del amanecer da un color especial a todo lo que me rodea. Paredes de piedra, pinos, suelo, cielo... tercer momento a recordar siempre.





Solo hay un pero. Hace ya bastante rato que han empezado los problemas estomacales. Solo he podido tomar un gel en seis horas. Y empiezo a no poder soportar las sales. Lo único que me apetece es agua. Y solamente con agua no se llega a meta...

continuará.