Los dos compis del gym han vuelto de la Titan. Lo han pasado un poco mal, pero seguro que no olvidaran la experiencia. Uno de ellos al menos se ha llevado hoy el aplauso de la clase.
Cada año por estas fechas vuelven todos los recuerdos de la inolvidable experiencia del 2007. Así que el dinero que invertí no ha sido en vano. Por ejemplo, me he acordado del pollo con el que compartí los nervios de las primeras horas, antes de cojer el vuelo. No nos conociamos de nada pero enseguida nos unió la carrera para siempre. Recuerdo también porque fuí a la Titán. A mi el desierto no me decía nada, yo prefiero la montaña. Además gastarse tanto dinero para 5 días tampoco ayuda. Un día Xavi se acercó y dijo que se habia apuntado a la Titan. Se acababa de comprar una bici y no sabia ni como iban las marchas. Despues de varios meses de entreno y de salidas semanales llegó el momento del viaje. Me regaló una equipación de Radio Flaixbac en agradeciemiento. Aquello me tocó la fibra. A falta de tres días, me saqué el pasaporte y me apunté con el último número del pelotón. No lo dije a nadie. La noche de la entrega de dorsales me presenté en el hotel. De hecho fuí de los pocos que llevó la bici en el avión, y no en el camión una semana antes.
Escuchando a los que han vuelto tambien me he acordado de las rampas. Los primeros días la emoción hace que vayas mas fuerte de lo que realmente puedes ir. El constante movimiento de la bici en la arena o esquivando las temibles plantas espinosas hacen que musculos irreconocibles se agarroten. Al final del tercer día, solo por sentarme ya se enrrampaban los abductores o el cuadriceps entero.
También fué mi primera carrera. Y ver a gente como Olano, Mauri o Peyo R. Cabestany era como ver marcianos. Pero cuando Olano empezó a hablar "ande vais tan deprisa!!!" o cuando Peyo soltaba chistes o como el propio Mauri, despues de felicitarlo, te contaba con emoción como había ganado la última etapa y por tanto la carrera, te dabas cuenta que esta gente no son solo nombres. Dormian en el mismo suelo, tenian el mismo avituallamiento, y pasaban la misma calor. Yo creo que un ciclista tiene una pasta especial. No son estrellas como lo puede se un futbolista. Se sienten mucho mas cercanos.
Y por ultimo me he acordado de mi vieja Monty. Solo habían dos maquinas sin suspensión en toda la carrera. La mía y la ktm carbono de Rafa Bosch, lider hasta la ultima jornada. La peor bici de todas, pero aguantó. En el camino se quedaron maquinas impresionantes. Cambios xtr colgando, tubeless que no sirvieron para nada... Yo aún alucino como no llegué a pinchar ni una sola vez.
El año que viene, mas. La inundación, la neutralizada desde Erfoud, el sprint final, la droga en mi cuadro, el regateo con los nativos, el dilema de cojer un camión, el culo destrozado de mi compañero de habitación, los origenes de Priscila, la sorpresa de Barbara, la carnitina, la formación en abanico, los chillidos en la bici por las rampas y de como fuí vilmente abandonado en medio del desierto...
Cada año por estas fechas vuelven todos los recuerdos de la inolvidable experiencia del 2007. Así que el dinero que invertí no ha sido en vano. Por ejemplo, me he acordado del pollo con el que compartí los nervios de las primeras horas, antes de cojer el vuelo. No nos conociamos de nada pero enseguida nos unió la carrera para siempre. Recuerdo también porque fuí a la Titán. A mi el desierto no me decía nada, yo prefiero la montaña. Además gastarse tanto dinero para 5 días tampoco ayuda. Un día Xavi se acercó y dijo que se habia apuntado a la Titan. Se acababa de comprar una bici y no sabia ni como iban las marchas. Despues de varios meses de entreno y de salidas semanales llegó el momento del viaje. Me regaló una equipación de Radio Flaixbac en agradeciemiento. Aquello me tocó la fibra. A falta de tres días, me saqué el pasaporte y me apunté con el último número del pelotón. No lo dije a nadie. La noche de la entrega de dorsales me presenté en el hotel. De hecho fuí de los pocos que llevó la bici en el avión, y no en el camión una semana antes.
Escuchando a los que han vuelto tambien me he acordado de las rampas. Los primeros días la emoción hace que vayas mas fuerte de lo que realmente puedes ir. El constante movimiento de la bici en la arena o esquivando las temibles plantas espinosas hacen que musculos irreconocibles se agarroten. Al final del tercer día, solo por sentarme ya se enrrampaban los abductores o el cuadriceps entero.
También fué mi primera carrera. Y ver a gente como Olano, Mauri o Peyo R. Cabestany era como ver marcianos. Pero cuando Olano empezó a hablar "ande vais tan deprisa!!!" o cuando Peyo soltaba chistes o como el propio Mauri, despues de felicitarlo, te contaba con emoción como había ganado la última etapa y por tanto la carrera, te dabas cuenta que esta gente no son solo nombres. Dormian en el mismo suelo, tenian el mismo avituallamiento, y pasaban la misma calor. Yo creo que un ciclista tiene una pasta especial. No son estrellas como lo puede se un futbolista. Se sienten mucho mas cercanos.
Y por ultimo me he acordado de mi vieja Monty. Solo habían dos maquinas sin suspensión en toda la carrera. La mía y la ktm carbono de Rafa Bosch, lider hasta la ultima jornada. La peor bici de todas, pero aguantó. En el camino se quedaron maquinas impresionantes. Cambios xtr colgando, tubeless que no sirvieron para nada... Yo aún alucino como no llegué a pinchar ni una sola vez.
El año que viene, mas. La inundación, la neutralizada desde Erfoud, el sprint final, la droga en mi cuadro, el regateo con los nativos, el dilema de cojer un camión, el culo destrozado de mi compañero de habitación, los origenes de Priscila, la sorpresa de Barbara, la carnitina, la formación en abanico, los chillidos en la bici por las rampas y de como fuí vilmente abandonado en medio del desierto...
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