viernes, 23 de marzo de 2012

Transgrancanaria 2012 .1

Cap. 3. La jornada hasta Garañón.

La mañana es joven y sigo con buen ritmo, el terreno es agradable para correr. No machaca con grandes desniveles.

 En el cruce para desviar las dos carreras, (96 y 123 km hasta ahora hemos ido juntos), uno de los que van delante es recibido como un autentico ídolo. Caminamos un rato juntos y le pregunto si es famoso. "Yo no, mi padre" me dice. Enseguida me dice que va hacer otro "pizco" y se pone a trotar otro tramo. Me da que pensar. Una ultra se trata de eso, de miles de pizcos. Capacidad mental para animarte a hacer constantemente pequeños, medianos o largos tramos de esfuerzo. Y si puede ser, con alegría.


Todo bien, pero he de tomarme un gel. En el avituallamiento del km 42 he intentado comerme el primero de los dos bocatas de jamón que llevo para asentar el estomago. No funcionó. Solo pude con la mitad y no me ha asentado nada.  Así que he de forzar la solución de emergencia que guardaba para cuando la situación fuera mas desesperada, osea, para pasadas las 15 horas de carrera: un primperan en pastilla. Espero un rato y fuerzo el gel. Ha entrado y parece que no saldrá. Al rato vuelvo a tener fuerzas y coincide con una parte mas técnica, bajando hacia la zona de las presas. el sol empieza a picar. El paisaje espectacular.


La bajadita hasta la primera de las tres presas es para ir con cuidado, pero llevo mucha calma.
Y cuando cruzo la presa y enfilo hacia las casas me encuentro con Lizzy que ha abandonado. Está envuelta en una manta pero cuando la intento animar quitándole importancia al abandono, se levanta y comparte unos momentos muy especiales. Primero por la mirada. Es una campeona del mundo, pero te mira como una amiga. Me dice que hoy yo lo hago mejor que ella. Ha tenido problemas estomacales. Seguramente el agua del primer camión. Mucha gente se ha sentido mal. Incluso el ganador de la anterior edición también ha tenido que abandonar por vómito.
La paranoia hace que empiece a explicarle cosas en catalán!!!! y encima parece que me entiende. En fin. Una preciosidad de mujer.
La dejo con un poco de pena pero se me pasa en cuanto veo un bar justo en la esquina. Mi amigo canario, ahora ya de nombre Armando, me dice que empieza la cuesta de las cuestas. pasaremos de los 700 m a los 2000 en 24 km de interminable subida. Así que me pillo una cerveza y me  como el ultimo bocata de jamón, que esta vez entra bien. El canario me dice que si estuviera allí su padre me acompañaria en la fiesta cervecera.
Durante la primera subida, directamente pregunto por su padre, pues ya tengo curiosidad. Me dice está haciendo la de 96 km porque el medico no le ha dejado hacer la de 123 km. Se trata de Antonio Garcia "Tolo" autentico diesel canario de 63 años que va a por su tercer UTMB. Pizco a pizco llegamos al km 63, la presa de las Niñas. En teoría solo era liquido, pero con el calor que hace han colocado unas bandejas con fruta en un lecho de hielo. Impresionante. Y además, cuando te llenan el bidón, le ponen hielo picado.

Salgo con las pilas puestas y dejo a Armando en las primeras rampas. Me ha dicho que ahora bien el tramo mas duro. Recordado los tiempos de la btt, le meto caña para acabar cuanto antes con la subidita. Adelanto a un montón de gente. A casi todos los he visto mucho rato antes cuando me han adelantado en bajadas o llanos. Pero esto no es la btt. La subida no se acaba nunca pues la velocidad no es la misma. Además el calor aprieta cada vez mas. Las vistas ya son de altura. De repente me fijo en el horizonte y veo el mar, Tenerife y el Teide. Espectacular.


Las horas de subida a ritmo fuerte mas el calor empiezan a dejarme pajarito y mi ritmo es de pena. La cara tampoco es la misma que cuando compartía trocitos de naranja helada con Armando.

Llegando al siguiente avituallamiento me quedo sin agua. Ya empezamos. Pero creo que no será grave. Solo quedan dos km como mucho. Está en la base de estas montañas.

Km. 70 aprox. Han colocado este avituallamiento liquido que no estaba previsto para evitar males mayores. En teoría del 63 al 82 no había nada. Si no llegan a colocar este oasis no se que habría pasado pues yo ya no tenia agua. Y llevo una capacidad de 2.2 litros de agua.
Quedan 9 km de subida pasando por el punto místico de la carrera. El Roque Nublo. Una Piedra de mas de 40 m que se ve desde toda la isla y que llevo viéndola desde infinidad de ángulos durante todo el día. Por fin llego a la base donde los antiguos aborígenes hacían sus rituales. 14 horas 15 minutos de carrera.
Pero no está todo hecho. Ahora toca ir al pico de las Nieves. Otra subidita que en una hora me hace ver al Roque Nublo desde otro ángulo.
Otra cosa curiosa, en algunos tramos encuentras carteles avisando de que a unos metros te hacen la foto. Así que te da tiempo a peinarte, coger carrerilla para que parezca que estas corriendo toda la carrera, etc...
Los km pasan muy lentos porque tienen mucho desnivel. Solo pienso en que cuando llegue al km 80 dejare de subir y luego serán 43 km de plácida bajada. Pero el Pico de las Nieves, coronado con una instalación militar, 2000 m y punto mas alto de Gran Canaria, está en la quinta leche.


La cara ya empieza a ser la de las ultras con dificultades. Y tengo que empezar a llamar a mis compañeras de equipo para ver como les ha ido y para hablar con alguien pues llevo muchas horas solo.

En la cima del pico de las Nieves, hay mucha gente animando a los que llegan. Corono con 16 horas justas. Aunque he subido un poco lento, creo que voy bien de tiempo. 80 km y casi todo el desnivel positivo en el saco. Por fin podré empezar a correr. Solo son 42 km de bajadita hasta Las Palmas, parece que el reto está conseguido!!!!!

Pero al empezar a bajar hacia el control de Garañón, con una pendiente bastante pronunciada pero apenas técnica, la rodilla derecha empieza a chillar. Debe ser el cambio de musculatura, bajo unos metros poco a poco esperando a que pase y no pasa. Intento correr de nuevo y el dolor crece hasta el punto de tener que parar a estirar. Empiezo a desesperarme. Mas vale que llegue andando a Garañon y espero que se me pase en el trayecto. Son apenas dos km pero tardo 27 minutos en hacerlos. Y eso que es bajada. Es imposible que con este ritmo llegue a Las Palmas. Y lo que es peor, podría hacerlo pero ¿a que precio? Pienso en Zegama, en la UTMB, oportunidades únicas que puedo echar a perder si fuerzo la rodilla durante los 42 km que quedan.

Tumbado en la tienda del ejercito, con un plato de pasta que encima no me entra, tengo que decidir si continuar o dejarlo para salvar la rodilla.

Continuará.

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