domingo, 7 de diciembre de 2008

REMENBER MARXA D'ES POLLASTRE 07


EL viernes me estuvo tocando el gemelo mi fisio particular y me ha detectado tres contracturas. Así que descanso total para poder preparar el Desafío Martín. O lo que es lo mismo la cursa contra Vador en la Sant Silvestre de El Masnou.

Como he de ir añadiendo para el recuerdo las crónicas que hacía antes del blog, hoy le toca el turno a la Marxa D'es Pollastre en santa Cristina d'Aro. Debut de la Espada en competición oficial y la caída mas dolorosa con ella hasta la fecha:

9 de septiembre 2007. Lo primero que destaca es la ambientación con temática pollastre, con varios figurantes disfrazados de pollo y carteles divertidos por todo el recorrido. Coincido con Miquel y Felipinho, que han pasado la noche en el pueblo y por tanto vienen frescos como rosas.


Salida neutralizada aunque no sirve de mucho pues en la primera subida, la del pollastre, se forma el primer y único embudo. Cuenta la leyenda que el grupo organizador, en una de sus salidas, encontró y siguió durante la ascensión unas pisadas de pollo.

En la primera parte del recorrido coincide las dos distancias. Como buen Gallina, Felipe nos deja en este punto, acabando en 10 posición de los gallinas. Nosotros seguimos el recorrido largo de pollastre. Aquí cambia radicalmente el terreno, haciendo que tengamos que desmontar de la bici para sortear grandes bloques de piedra. El constante cambio de ritmo hace que Miquel se descuelgue. Yo prefiero seguir.

Otra de las curiosidades es el premio especial pollastre. Un corto tramo de subida imposible que prémia a los que no pongan el pie en el suelo. Yo ni lo intento, pero ahora sería otra historia.

La bajada hasta meta es muy rápida. Un típico sendero de cazadores muy estrecho y con paredes de matorral a ambos lados. Uno de ellos escondía un tronco que no se ve y que topa con mi rodilla, parando la bici en seco. La caída espectacular. Los pollastres que venían detrás incluso se asustan, pero les miento diciendo que estoy bien. Intento seguir pero veo las estrellas cada vez que toco el cuadro con la rodilla. La sangre tiñe el inmaculado blanco de la Espada, dándole un aire mas trágico al momento. Pero sigo. Al final ya empiezo a ir mejor. Un pollo se me pone a rueda en plena bajada, le dejo pasar y resulta ser que es el que ha ganado, que para no aburrirse ni enfriarse ha decidido hacer otra vez la segunda parte del recorrido.

Llegada final con un tiempo de 3 horas 12, posición 104 de 290. Miquel a 10 minutos.

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