Una parte del camino coincide con el acceso al Ibon d'Estanés y nuevamente andamos en medio de una romería. También se nota que hay mucha oveja. Me hace gracia esta parte de la pista, en la que los rebaños han hecho unos surcos con el ancho justo de una oveja al lado de otra.
Mas queserías.
Las productoras de leche.
Los jamoncitos.
Y así vamos viendo la zona ganadera hasta que empezamos a subir hacia la zona de Arlet y empieza a llover. Nunca hemos tenido que colocarnos el material para protegernos de la lluvia en alta montaña. Este es el resultado.
La cuestión es que no se moje la mochila ni que el agua llegue a la parte central del cuerpo. Esto lo consigo pero el poncho es muy incomodo para caminar. La zona es muy bonita. En un momento de tregua, consigo hacer un vídeo rápido de la situación.
Una hora mojándonos, con frío y viento, la moral baja y a lo lejos una visión. Alguien se acerca desde el fondo del valle.
Una hora mojándonos, con frío y viento, la moral baja y a lo lejos una visión. Alguien se acerca desde el fondo del valle.
Un pastor con un perro y un palo que parece una pértiga camina bajo la lluvia como si nada. No sigue ningún camino y sube la ladera a grandes zancadas con una facilidad increíble. Me quedo embobado. Y veo la luz. ¿porque tenemos que seguir un camino establecido sabiendo a donde queremos llegar? Caminar campo a través es un gustazo y te da una sensación de libertad. Y pienso aplicarlo a partir de ahora.
Seguimos bajo la lluvia hasta que divisamos el refugio.
El entorno es encantador. El guarda del refugio intenta hacerse el simpático y nos ofrece papel de periódico para meterlo en las botas. Un truco para sacar la humedad del interior. Ponemos la ropa a secar como podemos. Hay un grupo de jóvenes de colonias. El refugio está a petar. Prefiero no seguir con las cosas negativas (lavabos, cena, dormir). Mañana será otro día.
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