Salgo de Barcelona con un solete agradable pero a la que me acerco a Geneve, la cosa se vuelve Zegamera y como si hubiera aterrizado en Idiazabal.
Viernes tarde, todos concentrados para la salida.
Unos videos recuerdan las 9 ediciones anteriores. Cuando suenan las campanas de la iglesia, los primeros corredores corren. Los demás, a empujar para poder andar. Ni la cursa del corte ingles tiene peor salida que esta. Nos dedicamos a caminar mientras miramos el ambiente.
Salimos de Chamonix y empieza a llover. Ya no parará en toda la noche. Cogemos una pista y continuamos apelotonados. Son unos primeros 8 km relativamente llanos y los 2500 participantes no somos aficionados. Hemos conseguido unos puntos que nos permiten correr hoy, hemos entrenado durante mucho tiempo y estamos fuertes. Así que nadie se relaja. Tambien creo que al pasar de 167 a 110 km, todos piensan que será mas fácil y que por tanto se puede ir mas rápido. Aquí charlamos un rato con Olga Mankó. Dice que no va motivada. Esa es otra. Mucha gente ha salido por que ya estaba allí, pero no es lo que ha entrenado. Miqueu también va un poco mosca con eso. Seguimos agrupados.
Está todo mojado, embarrado y es muy estrecho. Aplico mis tecnicas de Zegama: busco los laterales no tan pisados, piso hierba si puedo en vez de tierra, sigo los regueros, y me apoyo mucho en los palos. Cometo dos fallos: el primero es adelantar en una curva a tres a la vez, el segundo llevar los palos con la cinta alrededor de la muñeca. Lo primero me tira al suelo, lo segundo me hace doblar el palo. Ya estoy de mala gaita. Sangro un poco y se inflama la muñeca, pero nada serio. Mi moral si que esta afectada por mi culo al suelo mientras un montón de gente me pasa de nuevo. Esta carrera es estresante. Llevamos ya unas 4 horas y continuo con gente delante, detras y a los lados.
Con cabreo llego al avituallamiento de les Contamines, Miqueu ha enlazado en la bajada mientras enderaba mi palo y mi moral en una valla. Ya estamos mojados hasta las cejas.
La Balme es como un campamento romano. Un fuego es el centro vital de la tropa. La gente se agolpa alrededor. Todo muy duro. Seguimos mas que empapados, pero no nos da tiempo cojer frio, agua y a seguir.
Realmente creo que esta es la parte que mas me gustó. La mas extrema. La imagen del terreno nevado reflejando la luz de la luna. Alucinate. Luego un sendero empedrado, una pista para abajo y otro avituallamiento. Otra vez a les Contamines. Llevamos 9 horas 5 minutos y 54 km. Nunca hemos ido tan deprisa con Miqueu. Encima, seguimos juntos al mismo ritmo. Increíble.
Cachondeo había. Igual que quesos buenos y embutido típico de la zona.
Saliendo, el frío es horrible de nuevo. Mas ropa a la salida del pueblo. Aquí pierdo un poco el recorrido, pero creo que fueron dos subidas y bajadas. pasando por un pueblo con una iglesia iluminada en azul, un fuego y una fiesta al inicio de la subida. En las dos me duermo. Otra vez igual que en canarias y Emmnona. Por mucho que duerma antes de la carrera, me pillan unos desmayos espantosos. Suerte que son pistas anchas y ya he desarrollado un modo piloto automático que me permite dormir y andar a la vez. Decía Kilian Jornet que lo peligroso es dormirse corriendo. A el lo despertó una vez un árbol antes de enviarlo al suelo.
En fin. Como en anteriores ocasiones, a la que sale el sol, espabilo. Sigue lloviendo y tengo las manos heladas. Me pongo los guantes, ultima pieza por poner además de los pantalones de gore. La luz de la mañana me regala una vista sobre Chamonix y del camino embarrado.
Entonces es cuando me doy cuenta de lo que me estoy perdiendo con este día de perros. La gracia de la UTMB es que los km pasan rápidos mientras te embobas viendo los grandes Jorases o similar. Yo solo he visto cinco minutos de lo que parece un glaciar. Lo demás parece que esté en Cornudella de Montsant. Snif.
Para colmo, a media mañana,, pasamos cerca de donde tenemos el coche en Chamonix. La cruel organización, con el fin de meter km y desnivel, nos hace dar una vuelta muy tonta alrededor de Chamonix. Por un momento pensamos en dejarlo. Pero lo tomamos a risa y seguimos. Pero por un momento mirabas el coche y la subida y dudabas que hacer.
Eso si, la llegada, apoteósica. Mas que contarla, la podéis vivir:
Y así es como me gané el prestigioso chaleco de finisher de la UTMB. Si. Han sido menos km. Pero psicológicamente muy duros por el frío, la lluvia y lo aburrido del recorrido. es lo que hay.
1 comentario:
Lastima de tiempo. Mas duros que el granito!
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