La primera etapa es la Bardena Blanca, con inicio y final en Arguedas. Unos 80 km y 1.200 m desnivel.
Los actores son mas o menos los del Señor de los Sellitos, pero con Princesa.
El paisaje continua siendo lo mas parecido a la Titan Desert que puedes encontrar a 4 horas de Barcelona, así que vale la pena. Ademas, los 42 grados de máxima diaria, la falta de sombras y de agua, las 8-10 horas diarias de pedaleo, etc... consiguen un escenario casi identico a la carrera de Marruecos.
Un suizo en el desierto es como un Tuareg en Laponia.
Con Miqueu decidimos subir al Rallón, una tachuela explosiva al otro lado del paso de los ciervos. La vista impresionante.
El paisaje continua siendo lo mas parecido a la Titan Desert que puedes encontrar a 4 horas de Barcelona, así que vale la pena. Ademas, los 42 grados de máxima diaria, la falta de sombras y de agua, las 8-10 horas diarias de pedaleo, etc... consiguen un escenario casi identico a la carrera de Marruecos.
Un suizo en el desierto es como un Tuareg en Laponia.
Con Miqueu decidimos subir al Rallón, una tachuela explosiva al otro lado del paso de los ciervos. La vista impresionante.
La unica sombra del día hace que nos amoldemos al terreno para bajar un poco la temperatura corporal.
El Erg Chebbi africano.
Subida hasta la ermita de la Virgen del Yugo, donde encontramos uns fiesta y un bar abierto. Cerveza para recuperar. De aquí ya todo será bajada hasta Arguedas.
Segunda etapa: La plana. Diseñada con el objetivo de enlazar Arguedas con Fustiñana. 80 km y 1.100 m acumulado.
Empezamos con una visita al emblema de Bardenas, Castildetierra.
Y así, la antigua Comunidad del Platillo, ahora explorando un nuevo planeta, Dune, llegamos al punto mas conflictivo y arriesgado. El campo de tiro del poligono militar de Bardenas. Una explanada con diferentes estructuras que simulan tanques y otros objetivos para las prácticas de los aviones y misiles. Y hemos de cruzarlo. Y el cartel lo dice bien clarito: No pasar.
Empezamos con una visita al emblema de Bardenas, Castildetierra.
Y así, la antigua Comunidad del Platillo, ahora explorando un nuevo planeta, Dune, llegamos al punto mas conflictivo y arriesgado. El campo de tiro del poligono militar de Bardenas. Una explanada con diferentes estructuras que simulan tanques y otros objetivos para las prácticas de los aviones y misiles. Y hemos de cruzarlo. Y el cartel lo dice bien clarito: No pasar.
Pero tranquilos, ya sabeis que ante las adversidades acostumbro a realizar un saludo al sol (de paso miré si había algún avión) que desactiva cualquier peligro.
Y despues de tres intentos, por pinchazos y esquivando a la guardia foral, cruzamos el campo de tiro de un tiro.
El final de etapa nos lleva a un mirador de altura que nos permite distinguir todo lo que hemos hecho en dos días. Luego, larga bajada hasta Fustiñana, donde reventamos los bares antes de irnos a cenar a Tudela.
La tercera etapa es la Bardena Negra. Un poco mas corta, con 70 km y unos 1000 m.Salimos de Fustiñana por una cañada dirección a la montaña por donde bajamos ayer.
Subidita de buena mañana sin calor, que se agradece, y mas si tienes vistas continuamente.
Damos la vuelta al monte y el paisaje se transforma en arbolado, pero tanta vegetación esconde una nueva sensación nunca experimentada.
Como todo es bajada, nos comemos los millones de pequeñas moscas o mosquitos como si fueramos el parabrisas de un coche. Nubes de insectos que traspasamos con la boca cerrada pero que se pegan por todo el cuerpo.
Subidita de buena mañana sin calor, que se agradece, y mas si tienes vistas continuamente.
Damos la vuelta al monte y el paisaje se transforma en arbolado, pero tanta vegetación esconde una nueva sensación nunca experimentada.
Como todo es bajada, nos comemos los millones de pequeñas moscas o mosquitos como si fueramos el parabrisas de un coche. Nubes de insectos que traspasamos con la boca cerrada pero que se pegan por todo el cuerpo.
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