martes, 5 de enero de 2010

Stage de Navidad. Expedición al Shisha Puigmal (1)

Día 1.

Como cada año, intento cerrar la temporada con algo especial. Esta vez se trataba de una ascensión de altura en nieve, el Shisha Puigmal, de 2.913 m., la montaña mas alta de Girona y de toda la cordillera oriental del Tibet, cerca de Katmandú, aquí conocido como Nuria.

Con una previsión de temperaturas en la cumbre de -15 grados, viento y poca visibilidad, nos confiamos a Vador Oiarzabal, que tiene en su currículum el Montblanc y que por problemas de salud, no llegará a coger el avión con nosotros.


Por tanto, ya estamos los dos capullos de siempre haciendo el ganso por la montaña. Y encima con material inédito, raquetas y crampones.

Salimos del campo base sobre las 8.30 h sin tener ni idea de por donde atacar la cumbre. Fontalba o Nuria. La primera opción es una pista que nos lleva a 2.000 m y que sospechamos que puede estar llena de hielo. La segunda opción implica gastarse la pasta en el cremallera y encontrar mas nieve. Finalmente, optamos por Nuria, como opción mas segura.

Nos calzamos las raquetas como primera opción, ya que tenemos la sensación de que los crampones son para las placas de hielo, e iniciamos la ascensión con buen tiempo.

Las primeras sensaciones con las raquetas son buenas si las comparamos con la subida al Bastiments que hicimos a pelo. En plano, y con nieve bastante virgen, "progresamos adecuadamente"

Vamos siguiendo mas o menos el trak que llevamos de una ascensión invernal, pero como no la veo clara pues se mete en el barranco, decido seguir la vía estival que yo ya he realizado. Evidentemente, aquí empiezan los pasos complicados. Para empezar un desnivel que en caso de fallar podemos caer directamente al barranco desde mucha altura. Voy clavando las raquetas lateralmente y suerte que la nieve esta floja pues la verdad es que estos pasos teníamos que haberlos pasado con los crampones.

Una vez que hemos ganado altura, el tiempo empieza a cambiar. Ya no vemos la cumbre y el frío es mas intenso.
Sobre los 2.600 m, ya no vemos nada. Intuimos la ruta por el trak, pero llega un momento en que una pared no nos deja continuar. Decidimos recular y atacar siguiendo otro de los traks que llevamos que parece mas fácil. A estas alturas, el frío es una pasada. Unos 10 bajo cero. Las costuras del pantalón están remarcadas por el hielo.

La nueva ruta parece mas fácil y nos permite subir algunos metros mas. Pasamos algunas placas de hielo moldeado por el viento muy curiosas, estamos en una zona muy ventosa, que combinada con el frío y la poca visibilidad, hace que empiece a plantearme si podremos seguir. Encima, Miquel se cae por un cortado de metro y medio que no ha visto, quedando plantado como una caca de perro. Y así hasta llegar a otra pared. Como no vemos por donde subir, decidimos abandonar. Ahora mismo, lo único que pienso es en como vamos a poder pasar lo pasos técnicos con esta niebla. Antes, hago una foto al punto donde abandonamos.

Al bajar unos cientos de metros abandonamos la nube que nos cubría y nos relajamos. Y que mejor que una cerveza para celebrarlo y olvidar el cabreo de haber sido vencidos.
Ya bajando, cambiamos la ruta. Seguimos el cauce del río con una nieve esponjosa y blanquísima. La sensación de aventura es total. Estamos en un lugar aislado, exigente y precioso.

Lo cual me anima ha realizar pasos mas arriesgados. Bajo lateralmente hasta una cueva en la que en verano se forma una bonita cascada. Luego animo a Miquel para que me siga. (que remedio, jeje)

Y así hasta llegar a Katmandú. Antes de bajar hemos probado los crampones y funcionan mucho mejor!!!! Hemos estado haciendo el primo con las raquetas y para habernos matado.

Antes de volver al campo base, subimos con el coche la pista de Fontalba para planear el ataque del día siguiente. Después de 11 km de pista, el hielo no nos deja continuar pero con el gps vemos que solo quedan 500 m hasta el inicio del camino. Por tanto, mañana haremos otro ataque.

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