A las 7 de la mañana me comía una de las Mule Bar que le sobraron al Vador de su no participación en la Volta a la Cerdanya. Es como una pasta prensada de cacahuetes, higos, pasas y caramelo que te chutan 360 calorias. Las necesitaría más adelante. Tambien me llevo medio litro de isostar y una energy drink carrefour con guaraná. Cualquier porqueria es poca para lo que me espera.
He decidido ponerme el maillot de Flaixbac, mi patrocinador en la Titan. Por una parte es el uniforme de las grandes gestas, y por el otro, tiene bolsillos. El mp3 lo llevo a tope con un archivo de 3,45 horas de musica motivadora. Llevo varios dias selecionando todas las canciones que me animan.
Hemos quedado con Miqueu para que nos entregue los dorsales que recogió el día anterior, pero al llegar a Castefa, el kaos de coches hace que a cinco minutos de la salida, aún nos estemos buscando por el canal olimpic. Al final, como en la Titan, mientras todos salen corriendo con el pistoletazo, yo aún voy colocandome el dorsal, enchufando el mp3, guardando los 3 geles que me ha pasado Miqueu ... no me ha dado tiempo ni de estirar, ni de calentar.
Me despido de Miqueu, que sale disparado con la idea de hacer buen tiempo, y tambien de Isabelenka, que no ha podido preparar el dispositivo que cortaría el cable de la alfombra detectora de chips, descalificando a todos los que salieran detras suyo. Mas vale no tenerla cerca.
Los diez primeros Km los hago a ritmo trotón pirulero en 52 minutos. Voy con la obsesión de ir muy tranquilo pues no tengo ni idea de cuanto tiempo va aguantar mi cuerpo cervecero. Como el recorrido lo compartimos las tres carreras, en muchos puntos me cruzo en sentido contrario con Miqueu y con Isabelenka.
Del km 10 al 21, voy bastante bien, con alguna molestia apenas perceptible pero que al estar tan pendiente hace que la note mas. Llego otra vez al canal para cumplir con la media maraton en 1.47 h y me veo a los dos del equipo al final de la pista. Ver a los tuyos animandote en momentos duros sube la moral a cualquiera así que me marco un baile Masai en homenaje, aunque no fué muy bien captado. Creo que voy a cojer esta costumbre.
Como me siento bien, le digo a Miqueu que subiré el ritmo. Así no les haré esperar tanto.
Salgo del estadio y como no me ven, me paro para el momento estirarpisgel, pero soy cazado automaticamente por la camara espia de Isabelenka.
Sigo. Ya llevo dos horas. No me queda nada. Empiezo a pensar en cuando aparecerá el muro. Ese momento en que fisica y psiquicamente el cuerpo dice que ja ni ha prou.
Ya somos pocos en carrera. De los 3.000 que han salido a las 9 h quedamos los doscientos y pico que hacemos la maraton. Y como nos cruzamos constantemente en el mismo recorrido, al final ya nos conocemos todos. En una de mis primeras pasadas por delante del chiringuito del paseo maritimo, sobre el km 28, veo a mi equipo apoyandome frente a unas cervezas. Aún estoy bien, animado y al compas de la musica. El ritmo creo que lo llevo bien, con el automatico puesto.
En el km 31, decido que ha llegado la hora del powergel secreto de Miqueu. Justo antes de la salida, , sin que nadie nos viera, me ha dado un pequeño tubo de colorines y me ha dicho "usalo solo cuando ya no puedas mas". Igualito que en El Señor de los Anillos cuando la bruja Galadriel le dá a Frodo la botellita de luz de Eärendil para que le proteja en los momentos en que no exista la luz. Me quedan 11 km y no quiero esperar a que llegue ese momento, así que prefiero usarlo ahora. Aggg. Es como tragarse una cucharada sopera de vicks vaporoub. Noto como me quema la garganta cual orujo casero. ¿Será esto lo que se ha metido para correr tanto últimamente?
En el km 36, en plenitud de fuerzas y moral, vuelvo a cruzar delante del bar donde está el equipo animandome. Me animan tanto bebiendose unas cervezas que casi ni se dan cuenta de que paso por delante. Cuando Miqueu se da cuen, sale disparado y me acompaña un trocito hasta que la cerveza acumulada en su panxa le hace desisitir.
Km 38, enfilo la última subida hacia el canal olimpic. Aquí es cuando me emociono porque me doy cuenta que lo voy a conseguir. Aprieto el ritmo, adelanto a varios corredores con problemas de calambres y veo el arco de meta. Cruzo el puente y entro en el estadio. Horror. Hay gente corriendo al otro lado de canal. Me dicen que tengo que dar la vuelta al circuito. Dos km mas. No puede ser.
Y por primera vez en las pruebas de maratón, a un corredor le llega el muro a menos de 2 km de meta. Me baja todo de golpe. Mi ritmo pasa a ser de 8 km hora como mucho. Empiezan a adelantarme corredores. Hasta los tulliditos que alegremente he superado hace unos minutos. Los que vomitaban misteriosamente. Todos. Soy como un reclamo para subir la moral y provocar el ultimo esfuerzo de los que vienen detras "mira, apreta un poco mas que pillamos al atontao ese que corria tanto antes".
Unos minutos eternos hasta que poco antes de la ultima curva he visto que podia adelantar de golpe a tres uniformados como Corredores.cat, que llevaban un ritmo muy lento, y a los que venia siguiendo desde hacía varios cientos de metros. Sacando mis ultimas fuerzas, los paso por el centro en plan esprint final y enfilo hacia meta sin dar opciones. (viendo el video de la llegada, se observa como estos tres se desvían de meta porque ya hacia rato que habian llegado y solo estaban soltando las piernas, y yo pensando que estaba ganado posiciones, si es que...)
Mezcla de alegria, de dolor, de rabia, de todo despues de 3 h 40' 06" tiempo real.
Intento estirar pero las piernas de golpe ya no responden. Miqueu me tiene que pillar al vuelo varias veces para que no caiga. Parece que las cervezas no le han hecho mucho efecto.
Mientras me recupero, me informan de los tiempos del resto del equipo. Isabelenka 1 hora seis segundos. Miqueu 1 hora 28' en la media. Parece ser que la combinacion de las zapatillas avispa con los tubitos de colores hacen maravillas, jeje.
Y para recuperar, que mejor que ir a casa de la mama a comer una paella de calamar en su tinta
y de postre un masaje.