domingo, 18 de marzo de 2012

TRANSGRANCANARIA 2012



Cap.1 La llegada.

La aventura comienza cuando Vueling nos cambia la hora del vuelo, pasando de las 10 de la mañana a las 22 h. Todo el día perdido, el breafing y la cena de corredor. Paquito, nuestro encargado de logística, nos recibe a Kokolo y a mi en Las Palmas a la una de la mañana y nos lleva hasta el pisito cuartel general Sucarra. Entre una cosa y otra, nos acostamos a las tres hora peninsular.

El viernes nos dedicamos a las compras, visitas de trabajo y a quedar con mi padre que vive en la isla de al lado.  Me he levantado tarde, a las 11 peninsular. Esto de las horas es un lio, así que hablaré siempre en la hora de aquí. La salida es hoy mismo a la una de la madrugada. por tanto, cuando empiece a correr llevaré despierto 12  horas, con 24 horas mas por delante, mas o menos.

Vamos a buscar los dorsales a la feria del corredor. Cogeremos el material de todo el equipo. Nat-Wood llega a mediodía. Isabelenka y Nefer a las 19 h. Mañana harán la de 42 km.

Dejo material en un petate para el km 80. Básicamente pilas de recambio, geles, bolsitas de sales, pantalón corto, camiseta de recambio, calcetines, tubo de vaselina, otro de crema para los pies. De todo lo que de dejé, solo usé los calcetines y las pilas. Todos los avituallamientos desde el km 80 hasta el final es un festival de geles, isotónicos, barritas, etc.. pero ojo, solo en el km 80, 98 y 114. Antes, solo en el 42 encuentras comida. Bueno, con alguna excepción que ya contaré.



Llega Natalia y a media tarde vamos a buscar al resto de féminas sucarras. Koko se queda durmiendo haciendo buena su fama de durmilegas. Dice la leyenda que solo le hace falta una botella de agua a modo de cojín para dormir en cualquier lugar. Yo no tengo sueño. cada vez estoy mas nervioso. Sin darme cuenta ya estoy preparando todo el material.

Cap. 2 La primera noche.

Como siempre, se me hecha la hora encima y salgo con las polainas (imprescindibles) sin abrochar, el gps colgando, el mp3 sin colocar y una cara de susto digna de un torero que debuta.



Salimos todos dirección al auditorio donde una manada de buses nos llevará hasta la parte sur de la isla. Playa del Inglés. Los 10 minutos a pie se hacen largos.


 Tengo mucho respeto a los 123 km que me esperan pues ya hace muchos meses que acabé la temporada de ultras. Y para debutar con la mayor distancia que he corrido jamas no es la mejor época del año. La  despedida se me hace dura.



En el bus, kokolo se vuelve a dormir. Yo cojo un estado de semi-relax y el viaje se hace corto. Llegamos a  Maspalomas y la Playa del Ingles. La gente está resguardada en los túneles de bares y restaurantes a pie de playa. Hay viento y Kokolo tiene frío. La gente se envuelve los pies en plásticos y cinta americana. Yo lo encuentro exagerado. Nos sentamos en un escalón mientras un pollo se enrolla hasta las rodillas con bolsas de basura industrial. Una meadita en la playa y para la salida. Hay actuación en directo y un ambiente especial. Pero yo casi no estoy. Normalmente me tomo las salidas con mucha alegría y energía positiva para darme ánimo pero hoy estoy muy asustado.



Suena la música, unos gritos y la salida. Hay mucha gente pues las dos carreras de 98 y 123 km salimos a la mismo hora. Kokolo me dura dos metros y desaparece. Ya no lo volveré a ver hasta la noche siguiente.


 Los nervios desaparecen y correr por la playa no es tan duro como pensaba. Son 5 km, pero al ir cerca del mar la arena esta muy compactada. Enseguida noto los pies llenos de arena. Es tan fina que se cuela por la rejilla de la puntera. La polaina sirve de poco. Pero tampoco es para plastificarse el pie. La oscuridad es total. La luna se refleja en el agua y todos corremos en silencio. Es curioso. generalmente los primeros km siempre hay jolgorio. Hoy no. No se si es porque el 60% de los participantes, unos 300 para la tras y 400 para la sur-norte, son guiris. Creo que todos van un poco como yo, concentrados. La combinacion de correr de madrugada por la playa tocando el mar, el silencio y la luz de la luna forman el primer momento para la eternidad de esta carrera.

Salimos de la playa y después de unas calles con mucho publico animando, nos metemos en una especie de cauce seco cementado con piedra muy incomodo de correr. Este tramo también tiene mucho publico, tanto a los lados haciendo pasillo como en los puentes.



En el  km 9 dejamos la zona habitada de Maspalomas. Entramos poco a poco en la montaña muy progresivamente. Pista muy corredora que va ganado altura y con un espectáculo fantástico con las lineas de corredores iluminado todo el recorrido. Al no haber arboles, se marca claramente delante y detrás kms y kms de luces. Segundo momento para la eternidad.


Sobre el km 15, en la primera rampa un poco importante, paro por primera vez de correr. Hay gente que ya hace rato que ha empezado a caminar.  Yo voy bien pero correr tanto rato sin parar en una ultra no es mi estilo. Dura poco el tema pues enseguida inicio otro tramo largo y poco paro hasta el primer avituallamiento, km 30.Ayagaures. 300 m altitud.  Una pequeña presa con cuatro casas en medio de la nada. Solo he tardado 3 horas 21 minutos. Aquí solo hay agua en una cisterna del ejercito. Lleno el bidón con sales, estiro un poquito y salgo para la primera subidita importante, llegar a 1.200 m en unos 10 km.

La pista deja paso a un sendero estrecho. Sigue la temperatura agradable, aunque según que tramos, el viento refresca bastante. Las horas van haciendo daño y aparece el sueño. La misma sensación que en la Emmona. Unas ganas terribles de abandonarme en cualquier rincón y dormir. Los ojos se cierran hasta el punto de que en los tramos de pista anchos, cierro los ojos y duermo-ando. Aquí empiezo a perder tiempo hasta que empieza la bajada hasta el 2o avituallamiento: Tunte. Km. 42. Mas de 3 horas para 12 km. Kokolo ya me sacaba una hora y media.

Pero aun así. Pienso en positivo. La primera de las tres maratones ya está hecha en seis horas y media. Empieza a salir el sol y como en la Emmnona, los biorritmos se despiertan y vuelvo a estar lleno de fuerza. En contra, que empiezo con los vídeos y las fotos. No lo puedo evitar. La primera luz del amanecer da un color especial a todo lo que me rodea. Paredes de piedra, pinos, suelo, cielo... tercer momento a recordar siempre.





Solo hay un pero. Hace ya bastante rato que han empezado los problemas estomacales. Solo he podido tomar un gel en seis horas. Y empiezo a no poder soportar las sales. Lo único que me apetece es agua. Y solamente con agua no se llega a meta...

continuará.






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