Este sábado a las 9 de la mañana debuta el Pas-Pas Team en el II Raid Xtreme Ciutat de Lleida. Dadas la complicadas pruebas que deberemos afrontar, el domingo pasado organicé un Stage de preparación con el equipo (Miquel), del que soy capitán y fundador. La lluvia no impidió el trabajo de campo, y después de las clases teóricas de orientación y de unas cervezas, nos acercamos hasta las temibles agujas de Céllecs para practicar el descenso en Rappel.
El stage fue todo un éxito, pues no ha quitado la presión de la competición al asumir que vamos a llegar los últimos. Eso contando que lleguemos. Ya en la clase teórica de orientación, ya nos costó averiguar el rumbo de un punto a otro. Tuvimos que utilizar el GPS para darnos cuenta que el porta-angulos lo estábamos colocando mal. Después, cuando intente sumar o restar grados a un rumbo cuando sorteas un obstáculo y luego volverlo a retomar, mi cerebro se cortocircuitó. En la clase práctica, el rappel fue bien, al menos descarto que Miquel se vaya a quedar inmóvil en medio del descenso, pero si se da el caso, deberé volver a las viejas tácticas barranquistas de tirar piedras al colapsado para que reaccione.
Lo mejor llegó en la orientación práctica, cuando nos perdimos al volver hacia el coche intentando seguir el camino de ida.
Pero la moral es lo último que se pierde, así que si la rodilla me respeta, estoy convencido que acabaremos los 40 km en BTT, los 8 km corriendo por montaña, llegaremos a los controles señalados en los mapas siguiendo la brújula, entenderemos correctamente el roadbook, haremos bien el circuito de rappel, los dos km de caiac, las pruebas especiales... y todo eso dentro del tiempo marcado para cada cosa.
Ya os contaré.
El stage fue todo un éxito, pues no ha quitado la presión de la competición al asumir que vamos a llegar los últimos. Eso contando que lleguemos. Ya en la clase teórica de orientación, ya nos costó averiguar el rumbo de un punto a otro. Tuvimos que utilizar el GPS para darnos cuenta que el porta-angulos lo estábamos colocando mal. Después, cuando intente sumar o restar grados a un rumbo cuando sorteas un obstáculo y luego volverlo a retomar, mi cerebro se cortocircuitó. En la clase práctica, el rappel fue bien, al menos descarto que Miquel se vaya a quedar inmóvil en medio del descenso, pero si se da el caso, deberé volver a las viejas tácticas barranquistas de tirar piedras al colapsado para que reaccione.
Lo mejor llegó en la orientación práctica, cuando nos perdimos al volver hacia el coche intentando seguir el camino de ida.
Pero la moral es lo último que se pierde, así que si la rodilla me respeta, estoy convencido que acabaremos los 40 km en BTT, los 8 km corriendo por montaña, llegaremos a los controles señalados en los mapas siguiendo la brújula, entenderemos correctamente el roadbook, haremos bien el circuito de rappel, los dos km de caiac, las pruebas especiales... y todo eso dentro del tiempo marcado para cada cosa.
Ya os contaré.
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